Los esguinces de tobillo son una de las lesiones más comunes de los deportistas. Los esguinces son lesiones de los ligamentos – desgarro o distensión- que aparecen normalmente cuando se hace ejercicio con intensidad, y en el caso de los de tobillo, en este post os vamos a dar unos consejos para evitarlos.
Realizar un entrenamiento adecuado: Por un lado, ejercitando la musculatura podemos proteger el tobillo ante futuras lesiones, ya que tensando la zona se puede evitar que la articulación se dañe en caso de caída o golpe. Por otro lado, mediante un entrenamiento de tipo propioceptivo conseguiremos optimizar la capacidad de respuesta del tobillo frente a torsiones, saltos, caídas o desequilibrios.
Si ya hemos tenido un esguince, hay que hacer una buena recuperación: Una vez se sufre un esquince de tobillo, tenemos más posibilidades de que se repita si no hacemos una buena recuperación, y para ello hay que acudir a un médico y a un fisioterapeuta para que nos indiquen los pasos a seguir. Si dejamos que la lesión se vaya curando sola con el tiempo, la musculatura queda debilitada.
Eliminar el miedo a la recaída: Cuando se sufre una lesión, en ocasiones después caminamos de una manera diferente con la finalidad de evitar una recaída. Una vez estamos curados de una lesión, hay que volver a movilizar de una manera normalizada la zona afectada, ya que de este modo se conseguirá que el cuerpo responda a los estímulos y se prepare para reaccionar ante el riesgo de otra lesión.
Mantener el equilibrio entre las dos piernas: Hay que tener los dos tobillos igual de entrenados, ya que si no, uno se convierte en débil y hace que aumente el riesgo de lesión.
Utilizar calzado adecuado: El uso de unas zapatillas adecuadas a la pisada de cada uno hace reducir el riesgo de lesión, ya que por el contrario, estaríamos forzando nuestra postura natural.